María Ruiz Gippini
Psiquiatra
Hola
a todos! Espero que sigáis disfrutando del verano, sobre todo ahora
que el tiempo acompaña! En este primer post quería aprovechar para
revisar un poco el tema que esta muy de moda, el del acoso escolar.
Este
problema en los últimos años está despertando gran interés en
nuestro país. Continuamente están saliendo noticias sobre este tema
en la televisión y está a punto de estrenarse un programa llamado:
Proyecto bullying.
Desde
el inicio de nuestra historia, siempre ha existido una lucha de poder
entre los seres humanos. Parece evidente, que hoy en día las
relaciones humanas siguen estando marcadas por el poder. Prueba de
ello, es que al entrar en un aula ya desde edades muy tempranas los
profesores pueden detectar quienes son “los líderes” de la clase
y a los alumnos “más vulnerables”.
Durante
la adolescencia esto último se hace especialmente manifiesto, y se
establecen marcadas relaciones de dominio-sumisión en el aula. No
debemos olvidar que la adolescencia es una etapa de gran cambio en la
vida de las personas (físicos, psíquicos,etc) que nos prepara para
la edad adulta. En este período cobran especial importancia en la
vida del adolescente los amigos y estos tienen una gran influencia en
su conducta.
Es
fundamental que lo profesionales de la salud, docentes y los padres
sepamos distinguir las relaciones de dominio-sumisión que se dan de
manera natural entre los alumnos del fenómeno de acoso escolar,
conocido de forma universal como bullying.
Debemos
saber que no todas las situaciones de violencia en el medio escolar
son casos de abuso, de hecho lo más frecuente es que se trate de un
conflicto entre iguales (como una discusión o pelea en el patio del
recreo entre dos niños en la que ninguno está indefenso con
respecto al otro).
¿Cuando
podemos saber que estamos ante un caso de acoso escolar? En el
Protocolo
de actuación ante conflictos:procedimientos de intervención sobre
acoso y maltrato escolar. Torrego J.C y Fernández I (2010)
se resumen los aspectos que caracterizan el acoso escolar:
1.
Se
causa daño a un individuo que está en una situación de
indefensión, sumisión o inferioridad.
Existe una relación de asimetría
de poder
entre el agresor y la víctima
Estas
agresiones pueden ser:
Agresiones
físicas:
directas (peleas, golpes, palizas, empujones...) o indirectas
(pequeños hurtos, destrozo de pertenencias, provocaciones...).
Agresiones
verbales: directas
(insultos a la víctima y/o su familia, ofensas hacia la persona o su
familia) o indirectas (hablar mal de alguien, sembrar rumores y
mentiras).
Agresión
psicológica por medio de intimidaciones, chantaje y
amenazas para provocar miedo, obtener algún objeto o dinero, u
obligar a la víctima a hacer cosas que no quiere hacer.
Aislamiento
y
exclusión
social: no
dejar participar a la víctima, aislarle del propio grupo ignorando
su presencia, o no contando con él o ella para actividades del
grupo.
Acoso
racial, xenofobia o homofobia o por presencia de discapacidad:
dirigido a colectivos de personas diferentes y que por tanto no
responden a la norma homogénea (inmigrantes o minorías étnicas,
alumnos diferentes...); usar motes racistas o frases estereotipadas
despectivas.
Acoso
sexual:
Supone un atentado dirigido a la dignidad y libertad sexual de las
personas. Alusiones o agresiones verbales obscenas, toques o
agresiones físicas.
Intimidación
por medios tecnológicos:
intimidaciones a través de e-mail, chats, mensajes en teléfono
móvil, etc.
2.
El daño se ejerce de forma
repetida en el tiempo,
durante un período largo y de forma recurrente.
No se trata por lo tanto de un abuso puntual, sino que se da a lo
largo de un tiempo prolongado, por ejemplo durante todo un curso
escolar.
3.
El agresor o agresores muestran
intencionalidad
de hacer daño aunque a menudo lo justifican con "es una broma"
o todos lo hacemos.
Un
aspecto importante que hay que tener en cuenta cuando hablamos del
acoso escolar o bullying, es que puede no se trata un estrés
psicológico banal en la vida del alumno, sino que el grado de
malestar que genera repercute en el resto de áreas de su salud. Por ello los adultos debemos estar atentos ante cambios en el
comportamiento de los niños que pueden ser muy variables, pero entre
los que es frecuente que se den: disminución del rendimiento
académico, irritabilidad o agresividad en casa (como forma de
expresar su malestar en la escuela), llanto fácil (que se pongan a
llorar sin razones aparentes), descuido de su aseo, etc.
El
terapeuta López-Assor propone una serie de consejos para prevenir el
acoso escolar en las primeras etapas:
Identificar
los perfiles psicológicos que hay en el aula. Para
ello López-Assor recomienda a los maestros que observen y estudien
los perfiles psicológicos de sus alumnos a la hora de hacer grupos.
Enseñar
a los niños más pequeños a diferenciar lo
que está bien de lo que está mal, y a canalizar su ira.
Fomentar
la comunicación. “El
enemigo número uno de la víctima de acoso es el silencio”. El
niño debe aprender a expresar sus emociones y a comunicárselas a un
adulto o persona de su confianza.
Ser
conscientes de la gravedad tanto de los ataques intimidatorios como
de los psicológicos. Con
frecuencia podemos ver como los alumnos se dirigen entre sí con
motes, emplean expresiones peyorativas...que pueden convertirse en
una situación de maltrato psicológico si no se paran a tiempo.
La
identificación de los lugares “ciegos” en las instalaciones de
la instalación escolar. Siempre
existen lugares donde un niño puede aprovechar para agredir o
intimidar a otro al que tenga "manía". Por ejemplo en los
baños del colegio, a la salida, en un pasillo, etc.
Espero
que esta revisión os haya aclarado un poco más sobre el tema.
Un
saludo y feliz verano!
Referencias
bibliográficas:
Stassen
BK. Update on bullying at school:Science forgotten? Developmental
Reviuw 2007; 27:90-126).
Torrego
J.C, Fernández. Protocolos de actuación urgente ante
conflictos.2010:pág1.
Olweus
(1998) en Banchard Giménez y Muzás Rubio, 2007:16).