sábado, 2 de junio de 2018

Peeling químico, ¿en qué consiste?

Nuria No Pérez
Dermatóloga

El peeling es un tratamiento dermatológico basado en la capacidad regenerativa de la piel. Llamamos peeling químico a la aplicación de sustancias sobre la piel para producir la exfoliación de sus capas superficiales y medias, lo que conlleva un cambio en su aspecto.

Dentro de las sustancias que podemos aplicar sobre la piel se encuentran los AHA (alfa hidroxiácidos) como el ácido glicólico, el ácido láctico, el cítrico, el málico y el mandélico. La mayoría de estas sustancias se obtienen de productos naturales; por ejemplo, el ácido glicólico, uno de los más efectivos, proviene de la caña de azúcar.

Atendiendo a su profundidad, diferenciamos 3 tipos de peeling: superficial, medio y profundo. Con la aplicación de AHA a altas concentraciones podemos actuar sobre la dermis cutánea, eliminando las capas más superficiales de la piel y favoreciendo la formación de colágeno y elastina. Por tanto, el tratamiento favorece la eliminación de manchas, cicatrices y arrugas de mediana profundidad de todas aquellas áreas de la piel expuestas al sol y envejecidas como pueden ser la cara, el escote y el dorso de las manos. 

El peeling se realiza sin necesidad de anestesia, aunque es frecuente que durante el mismo aparezca sensación de calor, quemazón o picor. Su duración aproximada es de 30 minutos, precisándose varias sesiones separadas entre sí al menos 1 semana para alcanzar el efecto deseado. Posteriormente al tratamiento la piel estará ligeramente enrojecida, tirante e inflamada, efectos que desaparecerán transcurridas unas horas. Por tanto, este tipo de tratamiento es rápido, con escasas molestias y permite la reincorporación laboral inmediata.

Los resultados del peeling son una piel más luminosa y uniforme, con disminución de las imperfecciones, mejoría del color y disminución del tamaño de los poros.

 
CONTRAINDICACIONES
Sin embargo, existen factores de riesgo que nos llevan a desaconsejar la realización de este tratamiento a aquellas personas que padecen herpes labial recurrente, verrugas víricas, heridas abiertas, antecedentes de cicatrices hipertróficas o queloideas o que se hayan sometido a crioterapia o cirugía en el mes previo.

Además, tras la realización del peeling la piel estará más sensible por lo que se recomienda evitar la exposición solar; así las mejores épocas del año para someterse a este tratamiento son primavera, otoño e invierno. Si estás interesado en este tratamiento te resolvemos todas tus dudas en consulta, pues tu piel puede necesitar preparación previa.


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