Neuropsicóloga
Estamos en plena semana
del cerebro, una iniciativa de carácter divulgativo impulsada por la
Sociedad Española de Neurología (SEN) y la Fundación del Cerebro.
Con motivo de la misma y bajo el lema “Tu cerebro es vida,
cuídalo”, un autobús informativo recorrerá 6 ciudades españolas
para fomentar la concienciación social sobre la importancia de una
prevención activa del cerebro y las enfermedades neurológicas.
Desde el Centro Médico Pontevedra queremos apoyar esta iniciativa y
facilitar información útil para mantener un cerebro sano.
Una vida activa y llena
de experiencias favorece la “reserva cognitiva”, la capacidad de
sacar el máximo rendimiento a nuestro cerebro. El cerebro posee
plasticidad, es decir, es capaz de modificarse y cambiar a lo largo
de toda la vida, incluso en la vejez. Llevar un estilo de vida activo
y hábitos saludables favorecen esta capacidad, combatiendo el
deterioro cognitivo asociado a la edad y ayudando a prevenir
enfermedades como el Alzheimer.
¿Qué podemos hacer en
nuestro día a día para estimular nuestro cerebro?
- Mantener un estilo de vida saludable, realizando ejercicio físico moderado y manteniendo una buena alimentación.
- Realizar “gimnasia cerebral”: juegos y ejercicios que mantengan la mente activa. Desde un sudoku o un crucigrama hasta programas de entrenamiento cerebral, cada vez más accesibles gracias a las nuevas tecnologías.
- Usar estrategias de organización y asociación de la información: el uso de agendas o listados mejorarán nuestro funcionamiento y fortalecerán nuestras funciones ejecutivas (en próximos artículos hablaremos sobre estas funciones).
- Realizar actividades nuevas: aprender un idioma, aprender a tocar un instrumento musical, o leer acerca de otros países o culturas ayudarán a la renovación de nuestro cerebro.
¿Cuándo deben
preocuparme mis olvidos o despistes?
Ser más despistados o
tener pequeños olvidos a medida que cumplimos años es normal,
siempre y cuando esos cambios no afecten a nuestra vida cotidiana. Si
notamos que cada vez tenemos olvidos más importantes, o nuestros
amigos o familiares nos notan excesivamente dispersos, deberíamos
consultar con un profesional. En este caso, el neurólogo y el
neuropsicólogo pueden ayudarnos, mediante una exploración
neurológica y una valoración neuropsicológica (la aplicación de
una batería de pruebas que miden funciones cognitivas como la
atención y la memoria). Estos profesionales pueden orientarnos
acerca de un posible diagnóstico, cuanto más precoz mejor, y la
conveniencia de recibir una terapia de estimulación cognitiva.
Asimismo, también pueden orientarnos acerca de cómo estimular
nuestras funciones cerebrales, cuáles son los mejores programas de
entrenamiento o cuánto tiempo dedicar a estos ejercicios, con el
objetivo de prevenir un deterioro de nuestras funciones cognitivas y
mejorar nuestra calidad de vida.