Nuria No Pérez
Dermatóloga de Centro Médico Pontevedra
¿Qué
es?
La
clave de su acción está en el bloqueo de la acetilcolina. El
mecanismo por el que somos capaces de contraer un músculo
voluntariamente, se debe en última instancia a la acetilcolina, un
mensajero que lleva la orden de nuestras neuronas a cada músculo
estriado, uniéndose a un receptor en una zona concreta del músculo
denominada “placa motora”. La unión de la acetilcolina a su
receptor, causa una cascada de acontecimientos que provocan la
contracción muscular.
Es
importante recordar que, además de usar los músculos para los
movimientos, también, en todo momento, tenemos un cierto tono
muscular que nos permite mantener nuestra postura corporal sin tener
que pensarlo conscientemente (de lo contrario, no podríamos
permanecer de pie, por ejemplo), y también en todo momento ese tono
nos confiere una cierta expresión facial. Ese tono postural, ese
gesto facial, lo mantenemos a través de una liberación leve pero
sostenida de acetil colina (a diferencia de la extensa liberación
súbita que se produce, por ejemplo, cuando hacemos un movimiento
amplio y rápido.
La
toxina botulínica, comúnmente conocida como “botox” por su
nombre comercial más habitual, es una toxina producida por la
bacteria Clostridium Botulinum y su efecto consiste en bloquear la
liberación de la acetilcolina produciendo parálisis y/o reducción
del tono muscular. Este efecto se puede utilizar en el tratamiento de
múltiples enfermedades como lahiperhidrosis (sudoración excesiva),
las distonías musculares (exceso de tono inadecuado de algunos
músculos), la incontinencia urinaria o las migrañas, entre otros,
así como con fines cosméticos para mejorar el aspecto de las
arrugas faciales (la contracción y el tono muscular excesivo genera
pliegues en la piel que dan lugar a arrugas de expresión).
¿Cómo
se usa?
Cuando
la usamos para el tratamiento de las arrugas faciales, se utiliza una
técnica que consiste en la infiltración, mediante agujas ultra
finas, de la toxina botulínica en la placa motora de determinados
músculos de la cara, con el fin de reducir
su tono o incluso paralizarlos temporalmente
y mejorar el aspecto de las arrugas cutáneas finas generadas por su
contracción. Este tratamiento no tiene efecto sobre las arrugas
estáticas, es decir, aquéllas que aparecen en relajación muscular,
para lo cual son necesarios otros
tratamientos
Las
zonas donde se consigue un mejor efecto son el entrecejo, la frente y
la región periocular. El procedimiento es muy bien tolerado y, en
general, no precisa anestesia. Además, la infiltración de toxina
botulínica es un tratamiento seguro, no habiéndose detectado
efectos adversos graves tras muchos años de experiencia. Sin
embargo, sí pueden observarse algunos efectos adversos locales como
pequeños hematomas en el lugar de la infiltración o parálisis de
alguna zona no deseada por difusión de la toxina botulínica hacia
ésta. En cualquier caso, estos efectos son transitorios.
Los
resultados del tratamiento comienzan a observarse transcurridos entre
dos y tres días del procedimiento, siendo el efecto máximo a las
2-4 semanas de la infiltración y desapareciendo en un plazo de
tiempo aproximado de entre tres y seis meses. Al cabo de este tiempo
el músculo recupera su actividad normal y, si se desea, es necesario
volver a inyectar la toxina botulínica para paralizarlo de nuevo. La
aplicación repetida de la toxina botulínica se asocia a una mayor
duración de su efecto; es decir: cada nueva dosis, se suele
acompañar de un período de eficacia cada vez más prolongado.
¿Qué
NO es?
A
menudo en cultura popular se escuchan expresiones como “mira qué
cara hinchada, seguro que usa bótox”, o “me voy a rellenar todo
con botox”. Esto es una concepción completamente errónea de este
tratamiento, y casi siempre supone una confusión con otro tipo de
técnicas estéticas, que se utilizan para otro tipo de problemas.
La
toxina botulínica no “hincha” ninguna estructura, y nunca es su
objetivo, sino que, como decimos, relaja el tono o paraliza el
músculo en el que la hemos aplicado.
En
otro tipo de arrugas, sí existen técnicas de relleno, que van desde
los tratamientos más conservadores, como las administraciones deácido hialurónico (no sirven sólo para eso, pero el edema que
provocan puede eliminar o reducir temporalmente otros tipos de
arrugas), a los más intervencionistas, como es la colocación de
material protésico en zonas muy declives o que requieran un efecto
demasiado intenso para las técnicas percutáneas.
En
último caso, siempre consulte con su dermatólogo o su cirujano
estético de referencia, que le explicará la técnica y evitará
crear falsas expectativas.
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Ejemplo del tipo efecto que provoca
la relajación del tono en ciertas áreas
(Fuente: Allergan) |