jueves, 1 de noviembre de 2018

La toxina botulínica con fines estéticos

Nuria No Pérez
Dermatóloga de Centro Médico Pontevedra


¿Qué es?
La clave de su acción está en el bloqueo de la acetilcolina. El mecanismo por el que somos capaces de contraer un músculo voluntariamente, se debe en última instancia a la acetilcolina, un mensajero que lleva la orden de nuestras neuronas a cada músculo estriado, uniéndose a un receptor en una zona concreta del músculo denominada “placa motora”. La unión de la acetilcolina a su receptor, causa una cascada de acontecimientos que provocan la contracción muscular.

Es importante recordar que, además de usar los músculos para los movimientos, también, en todo momento, tenemos un cierto tono muscular que nos permite mantener nuestra postura corporal sin tener que pensarlo conscientemente (de lo contrario, no podríamos permanecer de pie, por ejemplo), y también en todo momento ese tono nos confiere una cierta expresión facial. Ese tono postural, ese gesto facial, lo mantenemos a través de una liberación leve pero sostenida de acetil colina (a diferencia de la extensa liberación súbita que se produce, por ejemplo, cuando hacemos un movimiento amplio y rápido.

La toxina botulínica, comúnmente conocida como “botox” por su nombre comercial más habitual, es una toxina producida por la bacteria Clostridium Botulinum y su efecto consiste en bloquear la liberación de la acetilcolina produciendo parálisis y/o reducción del tono muscular. Este efecto se puede utilizar en el tratamiento de múltiples enfermedades como lahiperhidrosis (sudoración excesiva), las distonías musculares (exceso de tono inadecuado de algunos músculos), la incontinencia urinaria o las migrañas, entre otros, así como con fines cosméticos para mejorar el aspecto de las arrugas faciales (la contracción y el tono muscular excesivo genera pliegues en la piel que dan lugar a arrugas de expresión).

¿Cómo se usa?
Cuando la usamos para el tratamiento de las arrugas faciales, se utiliza una técnica que consiste en la infiltración, mediante agujas ultra finas, de la toxina botulínica en la placa motora de determinados músculos de la cara, con el fin de reducir su tono o incluso paralizarlos temporalmente y mejorar el aspecto de las arrugas cutáneas finas generadas por su contracción. Este tratamiento no tiene efecto sobre las arrugas estáticas, es decir, aquéllas que aparecen en relajación muscular, para lo cual son necesarios otros tratamientos

Las zonas donde se consigue un mejor efecto son el entrecejo, la frente y la región periocular. El procedimiento es muy bien tolerado y, en general, no precisa anestesia. Además, la infiltración de toxina botulínica es un tratamiento seguro, no habiéndose detectado efectos adversos graves tras muchos años de experiencia. Sin embargo, sí pueden observarse algunos efectos adversos locales como pequeños hematomas en el lugar de la infiltración o parálisis de alguna zona no deseada por difusión de la toxina botulínica hacia ésta. En cualquier caso, estos efectos son transitorios.

Los resultados del tratamiento comienzan a observarse transcurridos entre dos y tres días del procedimiento, siendo el efecto máximo a las 2-4 semanas de la infiltración y desapareciendo en un plazo de tiempo aproximado de entre tres y seis meses. Al cabo de este tiempo el músculo recupera su actividad normal y, si se desea, es necesario volver a inyectar la toxina botulínica para paralizarlo de nuevo. La aplicación repetida de la toxina botulínica se asocia a una mayor duración de su efecto; es decir: cada nueva dosis, se suele acompañar de un período de eficacia cada vez más prolongado.

¿Qué NO es?
A menudo en cultura popular se escuchan expresiones como “mira qué cara hinchada, seguro que usa bótox”, o “me voy a rellenar todo con botox”. Esto es una concepción completamente errónea de este tratamiento, y casi siempre supone una confusión con otro tipo de técnicas estéticas, que se utilizan para otro tipo de problemas.

La toxina botulínica no “hincha” ninguna estructura, y nunca es su objetivo, sino que, como decimos, relaja el tono o paraliza el músculo en el que la hemos aplicado.

En otro tipo de arrugas, sí existen técnicas de relleno, que van desde los tratamientos más conservadores, como las administraciones deácido hialurónico (no sirven sólo para eso, pero el edema que provocan puede eliminar o reducir temporalmente otros tipos de arrugas), a los más intervencionistas, como es la colocación de material protésico en zonas muy declives o que requieran un efecto demasiado intenso para las técnicas percutáneas.

En último caso, siempre consulte con su dermatólogo o su cirujano estético de referencia, que le explicará la técnica y evitará crear falsas expectativas.

Ejemplo del tipo efecto que provoca
la relajación del tono en ciertas áreas
(Fuente: Allergan)